el agente durante el juicio
El perro en cuestión se llamaba Coke. Tenía nueve meses y la costumbre de escaparse del cortijo en el que vivía para corretear por el pueblo y tumbarse a dormir en cualquier rincón. La sentencia considera plenamente probado que el policía mató al pequinés de un disparo certero, pero no se ha podido probar que el agente dijera "voy a por ti" cuando vio al perro durmiendo. En la resolución, el titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Granada, Antonio Aguilera Morales, considera que la actuación del agente "es contraria a toda sensibilidad y respeto por los animales", pero no ha quedado acreditado que el perro sufriera ni que se hubiera empleado ensañamiento".
El agente ha sido absuelto del delito de maltrato animal doméstico, dado que la "muerte del can fue consecuencia inmediata de haber recibido el disparo en la cabeza", sin que "hubiera aumentado deliberadamente el sufrimiento del animal". La sentencia, sin embargo, considera que "el acusado dio muerte al animal de manera injustificada ya que pudo haber empleado un medio menos violento para la captura del animal y no recurrir a darle muerte o, en caso de imposibilidad" pudo "hacer las gestiones oportunas para dar aviso a la perrera".
Es la primera vez en España que un agente local es condenado como autor de una falta por matar a un perro. En el juicio, que quedó visto para sentencia el pasado mes de febrero, el acusado confesó que disparó al perro en la cabeza y aseguró que el animal "era un peligro".
Durante la vista oral, el fiscal modificó sus conclusiones provisionales y calificó los hechos como una falta de daños, en lugar del delito de maltrato animal que había considerado inicialmente. La acusación particular, ejercida por la asociación protectora de animales ‘El Refugio', había solicitado una pena de un año de prisión por un delito de maltrato animal y otro por un delito de amenazas.
De Público.es
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